You Are What You Believe*
* Eres lo que crees
Para entender por qué motivo esta técnica es tan eficiente, primero debemos comprender qué es el trauma, cómo afecta a nuestro cerebro, y cómo podemos introducirnos en la increíble neuroplasticidad del cerebro para que se produzca un cambio.
Todos hemos sufrido en cierta medida algún trauma en nuestras vidas, porque la vida no siempre es sencilla. Ese trauma puede haber sido mayúsculo o minúsculo pero sigue siendo un trauma.
Podemos definir el trauma como una experiencia sufrida en el pasado, que inconscientemente sigue controlando nuestras emociones presentes.
Para sanar un trauma, primero hemos de identificar las creencias que se crearon en el momento en el que lo sufrimos y que están limitando nuestro crecimiento personal.
Nuestras experiencias, vistas desde nuestra percepción cambian el modo en que nos vemos a nosotros mismos, a los demás, y la manera en que creemos que los demás nos ven.
Si no cambiamos rápidamente esas percepciones, estamos hasta cierto punto condenados a repetir patrones de conducta dañinos que nos acompañan toda la vida.
De esta manera, tales patrones de pensamiento producen patrones que se repiten en nuestra vida y en nuestras relaciones con los demás. Si vivimos siguiendo esos patrones, esas creencias y esas expectativas, estaremos creando nuestra propia realidad. Esto nos llevará, por así decirlo, a "recoger lo que sembramos".
Para poder sanar y crecer, tenemos que reemplazar en nuestro cerebro los patrones de pensamiento anteriores, que nos limitan, por caminos nuevos y saludables. Parece sencillo ¿verdad? Entonces, ¿por qué es tan complicado llevarlo a cabo? Para explicarlo de forma sencilla, esto ocurre porque la mayoría de nuestras creencias son dañinas y controlan nuestra mente desde el subconsciente.
La buena noticia es que podemos moldear nuestro cerebro. Es lo que llamamos "neuroplasticidad".
Podemos identificar nuestras creencias y cambiarlas de manera consciente mediante el diálogo y el uso cuidadoso de herramientas innovadoras que facilitan la creación de nuevas vías neuronales. Podemos elegir nuestras creencias, una por una y como resultado cambiaremos el rumbo de nuestra vida. Cambiando nuestras creencias cambiamos la realidad en la que vivimos.
Eres lo que crees.
Identificando y poniendo nombre a sentimientos repetitivos.
Identificando las percepciones que nos llevan a esos sentimientos.
Definiendo nuevas percepciones que concuerdan con nuestros principios mediante la técnica del perceptor repattering.
Repitiendo el mismo procedimiento tantas veces como sea necesario.
Los cambios pueden ser emocionantes y a la vez aterradores.
Vivimos la vida tratando de mantener un perfecto equilibrio entre cambio y estabilidad. Pero por desgracia, tendemos a aferrarnos a nuestros traumas y permitimos así que nuestras experiencias definan quiénes somos. Pero por otro lado, soñamos con dejar de vivir en una confusión emocional constante.
Por suerte, somos más que un cúmulo de emociones. Nuestras emociones no nos definen sino que nos dan información muy valiosa. El sentido que le damos a nuestras vivencias va a influir en cómo sentimos, actuamos e incluso en nuestra vida futura. Dejando así de manera definitiva de ser esclavos de nuestras emociones o de nuestro pasado.
No tienes por qué explicar detalles de ningún suceso o trauma del que no quieras hablar. No es necesario para trabajar en tus percepciones o creencias y tampoco es necesario para curarte emocionalmente.